Por : Elena Zapata Mendoza
El turismo ha sido por años una actividad prospera, con gran capacidad de adaptación a medios,
escenarios, comunidades y demás condiciones diversas; hacer turismo décadas atrás, era
considerado elitista, solo podían acceder a esta actividad aquellos que habían cubierto sus
necesidades básicas y podían darse estos lujos, pero los tiempos fueron avanzando y el turismo se
hizo cada vez mas accesible para todos y se fue convirtiendo en una aspiración permanente para
lograr bienestar físico y emocional.
Es interesante analizar esa trayectoria que ha recorrido el turismo y darnos cuenta de que cada vez
más personas aseguraban que invertir en experiencias es mejor que hacerlo en bienes materiales,
las cosas se deterioran y dejan de ser útiles, mientras que las experiencias permanecen en la
memoria del que las vive y sigue dotándote de felicidad, al momento de traer al presente esas
experiencias pasadas.
Todo iba bien en Perú y en el mundo respecto a las cifras de arribos y ventas turísticas, hasta que
aparece una enfermedad conocida como Coronavirus que desató una pandemia mundial sin
precedentes, “ fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019” (OMS,
2021) , a partir de esa fecha las cosas cambiaron drásticamente en el mundo, en principio se creyó
que se podía manejar el contagio solo en el lugar de origen, pero no tardo para que el virus se
desplazara por todo el mundo.
Esta situación de pandemia planetaria rompió cada uno de nuestros paradigmas respecto a todos
los actos de nuestras vidas, desde la limpieza personal, hasta los viajes; la Universidad de Dubai en
su estudio El Mundo Post Covid19: escenarios posibles y cambios en paradigmas determina que:
A pesar de las muchas advertencias de prospectivistas, pensadores ideológicos
gubernamentales, científicos, escritores de ciencia ficción y visionarios célebres, la reciente
pandemia de COVID-19 ha creado una disrupción global más allá de nuestra imaginación. Si
bien no es un cisne negro, el virus ha puesto a prueba nuestra habilidad como sociedad para
responder adecuadamente. (CONCYTEC & Universidad de Dubai, 2020)
Efectivamente la pandemia de Coronavirus ha sido y sigue siendo un rompimiento en nuestro
equilibrio, tanto personal como social y ha reorganizado nuestras formas de vida a un nivel
estructural y el turismo no ha sido ajeno a ese cambio, incluso podríamos decir que ha sido una de
las actividades más afectadas por la pandemia, pues no hubo mayor opción que cancelar toda
acción turística, con la finalidad de evitar que el virus llegue a mas lugares, movilizado por los
viajeros y turistas en el mundo.
En nuestro país el turismo ha sufrido momentos complejos, que no lo han dejado desarrollarse, por
cierto tiempo; es el caso de la época del terrorismo en las décadas de los 80 y 90, la epidemia del
colera, los desastres causados por el fenómenos del niño, los más notables los de 1998 y el de
2017; cada uno de estos eventos desafortunados fueron complejos pero no fueron totalizadores, es
decir solo afectaban al Perú o a una región en específico, pero la reciente pandemia de COVID 19,
devastó la actividad turística llegando en algunos meses de pandemia a no contar viajes, pues se
cerraron muchos aeropuertos en el mundo trayendo consigo efectos negativos en el ámbito
económico, social, ambiental y personal.
Los datos disponibles apuntan a un descenso del 22% en el primer trimestre de 2020,
habiéndose reducido las llegadas en marzo en un 57%. Esto se traduce en una pérdida de
67 millones de llegadas de turistas internacionales y alrededor de 80.000 millones de USD
en ingresos. Además, entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo están en peligro.
(OMT, 2021)
En la primera ola de la pandemia el turismo experimento muchas situaciones difíciles, como se
muestra en la contundencia de los datos antes mencionados, dinero, viajes, empleos y vidas
perdidas por la pandemia. Situación que obligó a casi todos los gobiernos del mudo a aplicar la
estrategia de restricción de movilidad, conocidas como las cuarentenas o confinamientos
prolongados para evitar el aumento del contagio; este hecho nos obligó a quedarnos dentro de casa
para salvar la vida.
Pero esta situación, pronto tuvo efectos colaterales, como la ansiedad, el estrés, la depresión y
casos mas severos de deterioro de la salud mental, en ese momento las personas deseaban salir de
casa a disfrutar de la vida como antes y en especial viajar, ese acto que antes parecía tan común
hoy se volvía valioso e inalcanzable, en este caso ya no por falta de dinero, sino por las restricciones
sanitarias.
Ha pasado ya, casi un año y medio de pandemia, aún no la hemos superado, pero ya tenemos
progresos médicos, tecnológicos y sociales que nos están permitiendo convivir con este mal y volver
lentamente a nuestra vida de siempre, claro está, respetando los protocolos de bioseguridad que nos
ayuden a estar sanos y contribuir con el bienestar de los demás.
En el Perú los vuelos nacionales y posteriormente los internacionales se han ido reactivando desde
julio de 2020, eso ha permitido corroborar que las personas no han eliminado su gusto por viajar,
sino mas bien que éste se ha incrementado y en las estadísticas podemos notar que a partir de la
apertura de las fronteras nacionales e internacionales, hay un importante número de peruanos
viajando por Perú y el mundo.
El turismo ha sido afectado drásticamente, pero no ha desaparecido, mas bien ha dado muestras de
que se reinventa, se adapta se acomoda a la nueva normalidad, pero no deja de brindar sus
servicios que contribuyen con la felicidad de las personas.
En estos tiempos en los que hemos estado en nuestras casas y con nuestras familias, atemorizados
por el contagio y la muerte, hemos ratificado el gran valor que tienen las experiencias sobre las
cosas y hemos hecho compromisos silenciosos o públicos, de vivir mas y mejor, de viajar y conocer,
de convertirse en coleccionista de recuerdos, más que de bienes materiales, de establecer que
viajando mejoramos el cuerpo y el alma y que no importa la distancia, sino la calidad de la
experiencia.
El turismo no va a morir, porque es un satisfactor de la necesidad de Ocio, es decir es un elemento
que nos permite satisfacer nuestra necesidad humana de Ocio, así como un libro o una película
sirven para relajarnos, el turismo también lo hace, pero es un satisfactor más completo porque
contribuye con una serie de factores adicionales como la identidad, la autovaloración, el
conocimiento, la autoestima, el respeto por los demás, la admiración de la naturaleza y muchos
elementos más que le permiten entrar en un estado de bienestar personal, un estado de felicidad.
“Los satisfactores, por otra parte, son formas de ser, tener, hacer y estar, de carácter individual
y colectivo, conducentes a la actualización de necesidades.
bienes económicos, por último, son objetos y artefactos que permiten afectar la eficiencia de un
satisfactor, alterando así el umbral de actualización de una necesidad, ya sea en sentido
positivo o negativo” (Neef & Elizalde, 2010)
Dentro del enfoque planteado por el autor, el Turismo puede calificar como un satisfactor Sinérgico:
“Los satisfactores sinérgicos 4 son aquellos que por la forma en que satisfacen una necesidad
determinada, estimulan y contribuyen a la satisfacción simultanea de otras necesidades. Su
principal atributo es el de ser contrahegemónicos en el sentido de que revierten racionalidades
dominantes tales como las de competencia y coacción” (Neef & Elizalde, 2010)
El turismo es un satisfactor sinérgico de la necesidad de Ocio, porque estimula y contribuye con la
satisfacción de otras necesidades, como la de entendimiento, Identidad, Afecto, Creación y Libertad,
enriqueciendo nuestras vidas y nuestra persona, autoformándonos y autorrealizándonos.
En los procesos universales, siempre ha habido episodios de caos para poder remover las
estructuras de lo ya construido y replantearnos nuevas formas de ver la vida y de enfrentarla, la
pandemia de COVID 19 nos ha puesto en perspectiva y nos ha mostrado la fragilidad de nuestra
existencia, esta situación lejos de asustarnos y decidir quedarnos en casa, nos ha hecho reflexionar
y caer en cuentan de que si contamos con las posibilidades de hacerlo, debemos invertir nuestro
tiempo y recursos en viajes y turismo, reconociendo que viajar es hoy , la forma más popular de ser
feliz.
Referencias
CONCYTEC, & Universidad de Dubai. (2020). El Mundo Post Covid: Escenarios Posibles y cambios en
los paradigmas. Centro para Estudios del Futuro – Universidad de Dubai.
Neef, M., & Elizalde, A. N. (2010). Desarrollo a Escala Humana. Opciones para el Futuro. Biblioteca
Ciudades para un futuro mas sostenible(CF+S).
OMS. (14 de Julio de 2021). Organización Mundial de la Salud. Obtenido de
https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
OMT. (14 de julio de 2021). www.omt.com. Obtenido de https://www.unwto.org/es/evaluacion-
de-la-incidencia-del-brote-del-covid-19-en-el-turismo-internacional